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Lissette Arellano, co-fundadora de Comadres Coworking en Guayaquil.

El éxito suele asociarse con el poder, con las posesiones, con el placer, pero esas pueden ser solo algunas fracciones de lo que significa triunfar.

“Para escribir novelas, una mujer debe tener dinero y un cuarto propio”, escribió Virginia Woolf en 1929 en su obra A room of her own.

El trabajo de Carolina Herrera ha sido visto a lo largo de la alfombra roja de Hollywood y es la más cotizada para vestir la anatomía de las personas más influyentes a nivel mundial; e inclusive, hasta de aromatizar su piel para seducir el olfato de aquellos con quienes se cruzan.

Lissette Arellano camina entre las nueve oficinas que creó para Co-Madres Coworking. Cada una tiene un valor diferente: contribuir, colaborar, coexistir.

Se trata del primer espacio de convivencia laboral y familiar en Guayaquil. Esta iniciativa da mayor profesionalismo a las gestoras del proyecto Sentir que se quedaba “a medias” en su labor como madre y empresarias.

Crear una comunidad fuerte de mujeres emprendedoras en un acogedor espacio donde pueden desarrollar sus proyectos, con la disponibilidad de una área de cuidado de los niños, es el objetivo de CoMadres, el primer coworking dirigido a mujeres y madres emprendedoras cuya apertura oficial fue el pasado jueves.